lunes, 21 de febrero de 2011

4 horas en Vieques, PR

Llegamos a las dos de la tarde y debíamos estar de vuelta en el muelle a las seis, justo al atardecer.  La pregunta era: a dónde vamos?  O nos quedamos en el pueblo, o vamos a la playa de Sun Bay o al Malecón del Bo. Esperanza? 

Nos decidimos por lo último.

Nos montamos en una pisicorre (carro público) que nos llevó hasta el Bo. Esperanza y que luego vendría a buscarnos para el regreso.

Mientras estuvimos en El Malecón, almorzamos en uno de los restaurantes  que hay en el lugar.  
  
Visitamos el Fideicomiso de Conservación e Historia de Vieques, el cual tiene un pequeño jardín, peceras con vida marina, objetos antiguos y algo de historia sobre los diferentes pobladores a los largo de la historia de esta Isla.

Kalanchoe







Caminamos y descansamos en la orilla de la bahía.






Llegamos hasta el muelle de madera.  Allí, las personas se sientan a pasarla bien, algunos pescan, otros pasean en kayak y hay quienes se comen unas frituras acompañadas de una cerveza.

 



De regreso, le pedimos al chofer que nos dejara en la plaza para ver un poco del pueblo de camino al muelle.  Entramos a una tienda de artesanías y compramos una botella de pique hecho en Vieques.  Llegamos al muelle justo cuando estaban abordando al ferry.


En la Isla Nena, como le llaman a Vieques, pasamos una tarde bien agradable y cambiamos de panorama. 

Me queda regresar, pasar tiempo caminando por el pueblo, entrar en los  negocios pequeños y visitar el Fuerte del Conde de Marisol.

lunes, 7 de febrero de 2011

Donde la naturaleza reina y la vida silvestre vive a su antojo



Eso es lo que se percibe en la
 Reserva Natural de Humacao. 


Ahí las veredas están marcadas por el andar de las personas y el vehículo de los trabajadores.


Las mismas bordean las lagunas que una vez fueron sembradíos de caña de azucar y una de ellas lleva hasta la orilla del mar.


En el siglo pasado estas áreas fueron drenadas por bombeo para sembrar caña de azucar.

  
Hace ya muchas décadas que la caña no se siembra en este lugar.  El sistema de bombas cayó en desuso y luego de unas lluvias intensas causadas por el paso de una tormenta y un huracán en el 1979, el agua reclamó su espacio y volvieron a formarse las lagunas.


  

Aqui habita la vida silvestre y hacen parada varias aves migratorias.





Según nos alejamos de las lagunas y tomamos otra de las veredas, la vegetación cambió de árboles de ceiba, almendro, maga y mangle, entre otros, a una vegetación que incluye palmas de coco, icacos y uvas playeras.
El aire se tornó más fresco y a lo lejos se escuchaba el sonido del mar. Llegamos a un espacio abierto donde pudimos apreciarlo y sentir el aire salado.


Continuamos caminando vereda arriba y nos encontramos con un bunker que sirvió de puesto de observación durante la segunda guerra mundial.


Ahora este lugar sirve para descansar un poco luego de subir la colina y observar la costa de Humacao, Vieques y Cayo Santiago disfrutando de la brisa marina.


De regreso, por otra vereda, le echamos un último vistazo a este lugar que quizás parezca ofrecer poco al que lo visita, pero que si se observa con detenimiento, nos damos cuenta que está lleno de vida.